Otra herradura para los callos del amor,
otra lectura para un invidente del perdon,
otro tubo de escape hacia mi tierra,
una escobilla con las barbas del destino.
Otra lugubre y arpia entelequía,
otro vagón de carbon, patria querida,
otro regalo a mis oídos como tapias,
de tantas mentiras escalandome las napias.
Otra historia con sotana y vino añejo,
otro rosario de bolitas de azufre,
otro cuento y un vermut con un amigo,
y a discernir lo que está mal de lo prohibido.
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